Deja pasar las horas, los minutos, los segundos delante del objetivo. Deja que te mire, que te observe. Mira a trabes de él. Mira las cosas que te rodean. Mira tu mundo. Observa todo, cada rasgo, cada mota de polvo a tu alrededor. Clicka, toma su dicho recuerdo. Conservarlo, para siempre. Para nunca. Para recordar los viejos tiempos, los nuevos y los que te quedan.
lunes, 1 de febrero de 2010
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